La ciudad de México es el espacio perfecto para hacer una descripción de la comida callejera y todos sus sabores. Por doquier encontramos `changarros´ con sus personajes despachando esos puestos de comida y claro, sus clientes godínez que salen de todas las aldeas en esta gran metrópoli. Por eso aquí te contamos un poco de La esquina del chilaquil: los más legendarios de la CDMX
Ubicados Tamaulipas esquina con Alfonso Reyes en la Condesa son una tradición para los oficinistas cercanos a la zona, transeúntes y vecinos que le han dado una fama muy peculiar. Y es que, cómo no amar la comida callejera por las mañanas, sí es buena, bonita y barata. Al menos para el ritmo de vida que llevamos en nuestros trabajos. Hasta acabamos siendo amigos de `doña pelos´ y su noble negocio que nos alimenta y a veces hasta nos presta.
Entre bolillos crema y queso
Las tortas de chilaquiles o como muchos las conocen, `tecolotas´ se despachan verdes y rojas, embarradas de frijoles, crema, queso, cebollita e ingredientes adicionales como pollo deshebrado por $35, milanesa de pollo por $40 pesos.
`La bomba´ que se prepara con milanesa y cochinita pibil tiene un costo de $55 pesos. Si no comes carne, la vegetariana es la opción (sólo chilaquiles $30.00 pesos).
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¿Desde qué hora?
Estas deliciosas tortas y chilaquiles se encuentran despachando desde las 8 de la mañana y hasta las 12 del día. Así que si no las has probado apúrate a llegar antes de esta hora ya que en repetidas ocasiones se terminan más temprano de lo normal y sobre todo cuando se trata de traer la cartera cargada en quincena.
La esquina del chilaquil: los más legendarios de la CDMX o simplemente `la esquina del chilaquil´ como es mejor conocida, lleva una larga historia de más de 70 años despachando todos los días del año excepto el día 25 de diciembre (navidad) y el primero de enero (año nuevo) y aunque en sus inicios este famoso negocio vendió tamales y atole (otro tradicional alimento del cual platicaremos en otra ocasión) se ha vuelto todo un ritual para muchas personas.
Si no las has probado ¡qué esperas!
Hasta la siguiente ruta glotona hermanos godínez. «Provecho, provecho, provechito».