El béisbol de las Grandes Ligas es cada vez más un deporte internacional en el que el protagonismo estadounidense pierde terreno dentro del terreno de juego, pero gana como espectáculo. Este hecho se pone de manifiesto en reciente estudio de la casa de apuestas MLB Betway. En 60 años se cuadruplicó la presencia de jugadores internacionales en la MLB.
En esto tienen mucho que ver los latinoamericanos, principales protagonistas de la expansión de las nacionalidades dentro campo. Al echar un vistazo al crecimiento de la presencia internacional en los rosters de los equipos los números hablan por sí solos.
La penetración de jugadores internacionales se ha cuadruplicado ayudando a la expansión del espectáculo. En 1960, por ejemplo, un 8,33% de los peloteros eran no nacidos en EE UU, con un dominio estadounidense que alcanzaba el 91,67%.
Tres décadas después, en los años noventa, el porcentaje de jugadores no nacidos en EE UU se dobló, al pasar a ser la presencia de jugadores no nacidos en Estados Unidos de un 17,75%. En esta década los nombres del dominicano Samy Sosa, el cubano Rafael Palmeiro, el boricua Juan “Igor” González, el cubano José Canseco y el venezolano Andrés “El Gato” Galarraga coparon la escena tuteándose con las estrellas estadounidenses en su propio país.
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En países latinoamericanos como República Dominicana, Cuba, Puerto Rico y Venezuela, el béisbol forma parte de su cultura y esto ha impulsado a la MLB a otro nivel.
En los últimos 20 años, más específicamente en el siglo XXI, el crecimiento exponencial de jugadores no nacidos en EE UU, especialmente latinoamericanos, hizo pasar la presencia internacional en el terreno de juego de un 25,3% en el 2000 a 36% en el 2020, una balanza que cada día se equilibra más y que le gusta al Comisionado de la MLB, especialmente en tiempos de redes sociales y de cada día más globalización.
En este siglo se afianzaron los grandes contratos para los latinoamericanos. La extensión de contrato que acordó Fernando Tatis Jr. con los Padres de San Diego, no solo coloca al joven torpedero como el latino con el contrato más jugoso de todos los tiempos en las Grandes Ligas, sino también como el tercer jugador en general con mayor ingreso global históricamente. En 60 años se cuadruplicó la presencia de jugadores internacionales en la MLB.